El ser humano, por ser multidisciplinario,
se mantiene constantemente conociendo nuevas cosas cada día. Aprende como utilizar
un nuevo aparato, conoce un nuevo elemento de la naturaleza, aprende una nueva
palabra, y así, entre otras, se relaciona con nuevas cosas cada día. La mente
humana necesita mantener un orden, a través del cual, traza líneas imaginarias
que unen aquellos conceptos y factores que entre sí guardan alguna relación, en
cuanto a utilidad, forma, tamaño, color, entre otros.
Al estudiar este proceso cognitivo tan
importante nos damos cuenta de que es necesario aplicar otros que conducen a
este, como es el caso de la observación a través de la cual se percibe y la comparación,
la cual permite conocer aquello que asocia o difiere dos o más conceptos,
objetos o factores. Ambos procesos estimulan y conducen la clasificación.
Al ponerlo en práctica es necesario aprender
a clasificar por criterios. Se suele asociar las cosas blancas con las blancas,
las negras con las negras y se ignora que el criterio de clasificación utilizado
es el “color”. O bien, se asocia si es grande o pequeño ignorando que el
criterio aplicado es el “tamaño”. Y es precisamente eso a lo que invita este
proceso tal como lo expresa Pablo Rios en sus publicaciones, clasificar siendo
consciente el criterio a través del cual se está clasificando.
La importancia de la clasificación
refiere al orden que se tiene de las cosas. Si bien la clasificación es un
medio para organizar lo que se conoce del mundo, es necesario saber en donde se
guarda cada cosa, es decir, el criterio al cual pertenece la clasificación.
Eduard Maita
No hay comentarios.:
Publicar un comentario